Gran parte de los proyectos urbanos del socialismo o comunismo utópico fracasaron en su intento de imponer un modelo que solucionara los problemas derivados de la ciudad industrial del siglo XIX. Sin embargo, existieron algunas excepciones, ejemplos de éxito que funcionaron durante muchos años. Ese es el caso de la propuesta llevada a cabo por el industrial francés J.B. Godin, a la cual denominó familisterio.

Durante este artículo, daremos un paseo por… el familisterio de Guise, el cual ha perdurado hasta nuestros días, analizando los diferentes espacios y estructuras asociadas a esta agrupación humana. Con ello, cerraremos esta serie sobre arquitecturas socialistas utópicas, cuyas teorías y modelos impulsaron la revisión de la ciudad industrial.
EL ALUMNO DE CHARLES FOURIER
A mediados del siglo XIX, J.B. Godin patentó un tipo de estufa de hierro fundido que obtuvo un gran éxito comercial gracias al poder calorífico que ofrecía frente a las convencionales de chapa. El progreso de la empresa le llevó a trasladar la sede a Guisa, creciendo rápidamente y empleando a más de 1.500 personas. Pero su humilde origen como trabajador le impulsó a desarrollar tempranamente una conciencia paternalista hacia sus empleados, empleando su fortuna en la mejora de sus condiciones laborables y de vida.
Unos pocos años antes de su traslado a Guisa, el industrial francés conoció las teorías de Charles Fourier, quedando profundamente impresionado. Tanto fue así que incluso llegó a invertir un tercio de su fortuna en la colonia falansteriana “La Réunion” de Texas. Aunque perdió el dinero invertido, sacó valiosas enseñanzas de la experiencia. Godin adaptó el pensamiento de Fourier a su propia visión de la sociedad obrera, generando una unidad de agrupación denominada familisterio.

A diferencia del falansterio de Fourier, el familisterio de Godin abogaba por un carácter exclusivamente industrial, relegando la producción agrícola, que tanta importancia tenía para Fourier, a un huerto comunitario. Sin duda, este aspecto es consecuencia del carácter práctico del francés, más cercano al pragmatismo de Robert Owen, figura cuestionada en repetidas ocasiones por Fourier. Además, Godin considera que el número de integrantes ideal del familisterio es de 1.200 personas y otorga una mayor importancia a la privacidad, sin renunciar a la vida comunitaria. Así, cada familia dispone de su propia vivienda y cuenta con espacios comunitarios para la vida social.

Su pensamiento se plasmó en varios textos, entre los que destacó “Soluciones Sociales”, donde el francés plantea redistribuir la riqueza en los propios trabajadores. Propone una asociación de capital y trabajo a modo de cooperativa de producción obrera, de tal forma que las ganancias financien las escuelas, los fondos de ayudas para los obreros y otros aspectos encaminados en mejorar la calidad de vida de los trabajadores. En 1880, plasmó toda su ideología en un ejemplo real, construyendo asociado a la fábrica de Guisa, el primer familisterio.
EL FAMILISTERIO DE GUISA
Basándose en la estructura del falansterio de Fourier, Godin realiza una serie de variaciones encaminadas hacia la practicidad y factibilidad del proyecto.

La configuración del familisterio de Guisa lleva a cabo los preceptos establecidos en su obra “Soluciones Sociales”, en la que el francés define claramente los diferentes espacios y funciones de cada edificio. Trataremos a continuación de analizar dichos espacios.
PLAZA CENTRAL
Era el espacio comunitario entorno al cual se levantaron todas las edificaciones. Así, el palacio social se ubicó al norte, el teatro y escuelas al sur y los economatos al este y al oeste, aunque el del oeste no se completó. Su función era la fomentar la vida comunitaria a través de la reunión al aire libre. En este espacio realizaban sus juegos los escolares y se celebraban los desfiles y las grandes fiestas de la comunidad.

Una doble fila de árboles reforzó la geometría de la plaza, cuya desnudez favorece la visión monumental de los edificios que la rodean. Con el tiempo, la plaza se revistió de diversos elementos que desconfiguraron su composición formal inicial, la cual fue recuperada tras las restauraciones de comienzos del siglo XXI.
PALACIO SOCIAL
Este edificio, compuesto de tres pabellones, tiene uso residencial. El bloque central, de mayor tamaño, se retranquea respecto de los bloques laterales, ayudando a perfilar la geometría de la plaza central y permitiendo que todas las fachadas de los bloques cuenten con iluminación natural. Godin integra un mirador y un reloj en el centro del cuerpo central en homenaje a la torre de comunicaciones del falansterio de Fourier. La austeridad del conjunto se abandona en el bloque este, el cual cuenta con decoración más profusa en sus fachadas.

Cada bloque cuenta con un patio central, cuya cubrición se acristala y permite iluminar el espacio cenitalmente. Las escaleras de caracol dispuestas en cada esquina del edificio comunican las balconadas que permiten acceder a cada vivienda. El patio del bloque central era el punto de reunión de los niños antes de acudir a la escuela, además de comunicar directamente con la guardería de infantes, que actualmente está destruida. La guardería era heredera de las ideas de Fourier y buscaba educar a los más pequeños de una forma activa y dedicada. Estaba abierta las 24 horas del día, pudiendo los bebés pernoctar allí. El patio también se usaba para las grandes celebraciones del día del Familisterio, día de la Infancia y día del Trabajo.

La evolución de las técnicas constructivas puede comprobarse en la ejecución de los diferentes bloques, en los que los forjados de madera son sustituidos por forjados de hormigón sobre viguesas metálicas.
ESCUELAS Y TEATRO
Enfrente del Palacio Social y separado por la plaza se ubican las escuelas y el teatro. Godin daba vital importancia a la educación de los niños como futuros representantes de la sociedad. Por ello, era condición indispensable para las familias que se alojaban en el Palacio Social que sus hijos acudieran a la escuela.

Las escuelas se dividen en dos bloques para ambos sexos separados por el teatro, al que se conectaban mediante dos patios, uno de ellos cubierto. El diseño de las aulas buscó la adecuada iluminación y ventilación de los espacios, dotándolo de un mobiliario cómodo y actual de acuerdo a la mentalidad higienista de Godin. Como patio de juegos y recreo se empleó la propia plaza central del familisterio.

El teatro, usado durante las fiestas y celebraciones, se configura con planta en “U” y cuenta con iluminación natural por el techo para las representaciones diurnas. Dispone de escaleras a ambos lados de la fachada, las cuales dan acceso a los tres niveles de balcones que son sustentados por una estructura de hierro. La decoración al interior es muy modesta y al exterior destaca la policromía y la decoración mediante el aparejo. La restauración de principios del siglo XXI eliminó diversas intervenciones que desconfiguraron la imagen inicial del teatro.

ECONOMATOS
Ubicados al este y oeste de la plaza central, los economatos estaban pensados para proporcionar todo lo necesario a los habitantes del familisterio evitando los intermediarios que encarecían el producto. En el este, una edificación de ladrillo de una única planta albergaba una carnicería, un restaurante, varios bares, una lechería… Estas tiendas se organizaban en torno a un patio interior abierto a la plaza central. El edificio del oeste estaba pensado albergar una cafetería, un casino y varios talleres, pero no llegó a completarse nunca.

LAVANDERÍA Y PISCINA
La ubicación de este edificio responde a necesidades prácticas, ya que la pendiente del terreno en el que se implanta favorece el suministro de agua y la posterior evacuación de las aguas residuales al río. Probablemente el francés se inspiró en la experiencia de Mulhouse, en la que baños y lavaderos estaban provistos de sistemas de agua caliente gracias a la condensación del vapor generado por las máquinas textiles.

Como buen higienista, Godin otorgó una gran importancia al lavado de la ropa y el cuerpo. Mediante la construcción de una lavandería pretende mejorar las condiciones higiénicas de la vivienda, evitando la indeseada humedad por el secado de ropa. La lavandería se distribuye en dos plantas. En la planta inferior se sitúa el lavadero, que cuenta con una red de canales para la evacuación del agua sucia y ventanas enfrentadas para la salida del vapor de agua. En la planta superior se ubica el secadero, provisto de una serie de aberturas que permiten una adecuada ventilación cruzada.
El resto del edificio es ocupado por la piscina la cual cuenta con una profundidad de 2,50 metros y está provista de una rejilla móvil que permite regular la profundidad. De esta forma los pequeños podían aprender a nadar de manera segura.

JARDINES
Para contrarrestar la polución generada por la fábrica, Godin integra un gran jardín que se funde con la naturaleza circundante y permite a los moradores del familisterio evadirse y disfrutar de momentos de ocio en contacto con la naturaleza.

El jardín de ocio tiene un diseño acorde al pintoresquismo del momento. Así, caminos sinuosos recorren zonas boscosas y prados, mientras una serie de pequeñas arquitecturas y otros elementos amenizan su recorrido. Un cenador, canales, cascadas, estatuas y bancos hacen las delicias de los moradores del familisterio. Además, Godin instaló un huerto comunitario inspirado en experiencias fourieristas. Pero el cultivo de parcelas individuales frustró el proyecto de horticultura comunitaria del francés. Y como no podía faltar la música en estos espacios tan pintorescos, Godin mandó construir un kiosko realizado primeramente en madera y posteriormente en metal.

LA EXPERIENCIA TRAS GUISE
El éxito del modelo del familisterio y el crecimiento de la fábrica hizo que tempranamente fuera necesario ampliar las instalaciones, por lo que varios pabellones se adhirieron al programa anteriormente descrito. Pero el asunto no iba a finalizar aquí, ya que Godin exportó el modelo de Guise a su fábrica de Bélgica. La construcción del familisterio de Laeken se terminó unos meses antes de que el francés falleciera. Los familisterios de Guise y Laeken han sobrevivido hasta nuestros días, erigiéndose como ejemplos fundamentales y exitosos de la puesta en marcha de un sistema de agrupación humana acorde al socialismo y comunismo utópico.
Pese a que los protagonistas de esta serie de artículos, Fourier, Owen, Cabet, Koechlin y Godin recibieron críticas y reparos, tanto de la sociedad burguesa más conservadora como del socialismo y comunismo impulsado por Marx y Engels, sus aportaciones fueron fundamentales, empujando a la sociedad a reflexionar sobre la necesidad de la revisión de la ciudad industrial.