Tras haber analizado en un artículo anterior las causas de la renovación del centro de Chicago a finales del siglo XIX por la denominada Escuela de Chicago, y centrarnos en su figura pionera William Le Baron Jenney, vamos a dar un paso más en el análisis de los primeros rascacielos de la mano de uno de los equipos de arquitectos que más éxito cosechó con sus obras, Burnham y Root. Daremos un paseo por… por el Loop de Chicago, analizando algunas de sus obras y haciendo hincapié en sus novedades. Estos proyectos fueron fundamentales en el desarrollo de la arquitectura en altura y en la configuración urbana de la Ciudad de los Vientos.
BURNHAM Y ROOT
La asociación de los arquitectos Daniel Hudson Burnham y John Wellborn Root fue una de las más felices de la Escuela de Chicago. El carácter pragmático de Burnham, junto al genio creativo de Root, les permitió fundar una empresa sólida y prolífica que generó algunos de los ejemplos más importantes de la arquitectura en altura de finales del siglo XIX en Chicago. En 1891, Root fallece, continuando su compañero aquellos proyectos que habían sido comenzados. A continuación, repasaremos cronológicamente algunas de sus edificaciones en altura.
MONTAUK BUILDING
En 1883 Burnham y Root terminaron la construcción del que era en su momento el edificio más alto de Chicago. Con sus diez plantas de altura, el Montauk Building se iba a convertir en un edificio de referencia por las soluciones estructurales en él planteadas. Así en el interior, emplea pilares y vigas de hierro forjado, mientras que los cerramientos se resolvieron con muros de carga de mampostería.

La verdadera innovación la realizó Root en la cimentación del edificio. El lecho arcilloso en el que se iba a asentar el edificio era un problema para la cimentación mediante zapatas aisladas, y el estrato duro se encontraba a una gran profundidad. Por ello, el ingeniero propone un sistema de cimentación de losa flotante, lo que permitía generar una gran base que al no incrementar la presión sobre el terreno, flota como si fuera una balsa o barco. Una losa de hormigón de 60 cm. de espesor se reforzó mediante nervaduras de acero dispuestas ortogonalmente a modo de parrilla. El edificio fue demolido tempranamente, en 1902.
ROCKERY BUILDING

El edificio, construido en 1888 y destinado a oficinas presenta varias innovaciones a nivel formal y estructural. Así, su configuración en planta, presenta en planta baja un gran vestíbulo cuadrado ubicado en el centro de la edificación. La estructura de este vestíbulo se realizó en acero y el techo se acristaló, de tal forma que la luz penetraba inundando el espacio. Alrededor del vestíbulo se dispusieron una serie de comercios, reinterpretando así el concepto de galería comercial europea de principios de siglo. El vestíbulo fue remodelado en 1905 por Frank Lloyd Wright. El arquitecto recubrió los pilares y muros de mármol blanco de Carrara y redefinió elementos decorativos como barandillas y luminarias, entre otros.

Las escaleras de este espacio tienen un carácter escultórico, convirtiéndose en un elemento fundamentale del espacio. Burnham y Root realizan un alarde técnico en las mismas, dejado una doble tramada curva y su meseta en vuelo. Posteriormente, Wright eliminó las ménsulas metálicas y suspendió la meseta de la estructura de techo mediante cables metálicos, dialogando así con las luminarias suspendidas. Todos los elementos armonizan en su conjunto a través del diseño.

La otra innovación de carácter técnico se corresponde a la introducción de columnas en el basamento del edificio que enmarcan los grandes ventanales de tipo bow-window. Ese aspecto dota al edificio de mayor liviandad y permite presentar una planta baja más permeable con el exterior. A su vez, el tratamiento clásico de sus columnas contrasta con el tecnicismo del tratamiento de los vanos.


La composición de sus fachadas, de marcado carácter historicista, se divide en cuatro cuerpos, en los que las columnas dividen los amplios vanos que se recogen verticalmente rompiendo toda posible horizontalidad. Los cantos de los forjados se decoran e integran con las ventanas formando un único hueco entre columnas. El tercer y cuarto cuerpo de rematan en arco y destacan por su altura. La decoración esmerada y profusa en el último cuerpo refuerza el carácter estético del edificio sin restar importancia a su aspecto técnico. Para la cimentación, Burnham y Root volvieron a emplear el sistema de losa flotante que ya habían implementado en el Montauk Building.
MONADNOCK BUILDING
El edificio diseñado por Burnham y Root, es considerado el último ejemplo de edificación en altura que emplea muros de carga en fachada. El Monadnock Building refleja la transición estructural entre los muros de carga y las estructuras metálicas. De esta forma, aprovecha los avances tecnológicos de las estructuras metálicas, y a su vez, confía en la seguridad que ofrecía la resistencia de las fábricas ampliamente testadas. Inevitablemente, los muros de carga se abandonaron en favor de pilares que permitían abrir huecos mayores y aprovechar mejor la luz natural. Su construcción finalizó bajo la supervisión de Burnham en 1982, ya que Root falleció un año antes de neumonía.

Los arquitectos realizaron un pormenorizado estudio para rentabilizar al máximo la capacidad portante de la fábrica de ladrillo, estableciendo una altura óptima de 16 plantas. La inclusión de una planta más, habría supuesto que los muros en la base del edificio tuvieran un excesivo espesor, lo que invalidaba el diseño. De esta forma el espesor de los muros varió desde los 1,5 metros de la planta baja a los 0,40 metros de la última. Para contrarrestar el empuje del viento, los arquitectos dispusieron una serie de muros de carga transversales que absorbían las cargas horizontales. Y para sustentar los miradores en vuelo, se emplearon ménsulas de acero.

La cimentación del edificio se realizó mediante la característica losa flotante de Root, pero tempranamente se comprobó que la construcción sufría importantes asientos. Estos movimientos fueron incrementándose con el paso del tiempo, por lo que durante la primera mitad del siglo XX, se sustituyó la losa por un sistema de pilotes tipo Chicago Caisson.

Los primeros diseños del Monadnock Building, muestran un edificio de ladrillo con decoración de referencias egipcias y rematado a modo de gran pilono. El promotor del edificio, rechazó el diseño al considerar que la decoración encarecía innecesariamente la construcción, por lo que Root mantuvo la forma de piloto, pero retiró cualquier tipo de decoración de las fachadas del edificio. El ladrillo se presenta a sí mismo con todo su potencial expresivo, y se convierte en una piel que parece envolver el edificio. Las esquinas de los miradores y la transición entre el basamento y el cuerpo superior se curvan suavemente, generando una fachada ondulada de gran plasticidad. Para lograr realizar estas sutiles curvas, se emplearon cien moldes de ladrillos diferentes.

MASONIC TEMPLE BUILDING

El edificio asombró por su altura, contando con 22 pisos de altura, así como por la espectacularidad de sus espacios que presentaban nuevas funcionalidades destinadas al ocio del ciudadano. Las diez primeras plantas estaban destinadas a uso comercial presentando diversas tiendas que se iluminaban por las fachadas principales y se abrían mediante grandes cristaleras a un gran atrio. Este atrio se iluminaba mediante una cubierta acristalada ubicada en la planta 22, y para favorecer la iluminación natural del mismo los arquitectos integraron espejos en las plantas superiores y materiales claros y referctantes como el mármol y el alabastro, que favorecían la transmisión de la luz hasta la planta baja.

Esta configuración espacial de un edificio comercial, que ya había sido ensayada en el vestíbulo del Rockery Building, era totalmente novedosa, ya que los comercios en altura hasta ese momento se reducían a grandes almacenes. En este caso, los promotores y arquitectos apuestan por la distribución de pequeñas tiendas diferentes dispuestas alrededor de un atrio a distintas alturas. Las balconadas perimetrales del atrio podían recorrerse mirando los escaparates, creando una calle comercial en el interior, a modo de galería comercial europea. Para procurar al comprador una experiencia completa, los arquitectos diseñaron un gran restaurante con capacidad para 2000 comensales en planta baja, el más grande de la ciudad en ese momento.

Las oficinas a renta se ubicaron entre las plantas 11 y 16, distribuyéndose a través de un pasillo central. Las fachadas interiores que daban al atrio se revistieron de mármol de Carrara blanco, lo que permitía reflejar la luz proveniente del inmenso lucernario y favorecer la iluminación del atrio. Las plantas siguientes, se diseñaron para albergar los salones de la institución masónica, los cuales sugirieron a los arquitectos la integración de teatros para la realización de representaciones. Finalmente se añadió una planta más para albergar un observatorio y un jardín-invernadero. Este espacio fue la verdadera estrella del edificio y su visita se convirtió en una experiencia obligatoria, ya que ofrecía una magnífica panorámica de 360º desde el punto más alto de la ciudad. El edificio se convierte en una pequeña ciudad dentro de la ciudad que satisface todas las necesidades.

Pero para que un edificio de tanta altura y tan diversos usos funcionara adecuadamente, era necesario dotarlo de instalaciones óptimas que hicieran su visita confortable. De esta forma, una batería de 14 ascensores daban servicio al usuario, de los cuales 7 de ellos servían únicamente a las doce plantas superiores. Además, se añadieron dos grandes montacargas y la construcción se dotó de electricidad en todos sus espacios, incluido el observatorio, y de climatización a través de un sistema de aire.
La estructura del edificio se realizó en acero y para su cimentación los arquitectos emplearon el sistema de losa flotante diseñado por Root. Para proteger el edificio frente a la acción del fuego, se revistió la estructura mediante piezas de terracota, mármol o granito.
Las fachadas se revistieron de granito en sus tres primeras plantas y de terracota en las restantes, lo que permite aligerar notablemente las cargas del edificio. En el Masonic Temple, Burnham y Root retoman el gusto decorativo y presentan un edificio cuyo carácter historicista queda reforzado por la profusa decoración del cuerpo superior del edificio. La construcción del edificio finalizó con Root ya fallecido.

En 1939 el edificio es demolido, ya que las obras del metro de Chicago requerían el cambio estructural de su cimentación. El coste para sustituir la losa flotante de Root por el sistema Chicago Caisson era muy elevado, por lo que lamentablemente se decidió la demolición del emblemático edificio.
RELIANCE BUILDING
El proyecto del edificio para oficinas fue comenzado por Burnham y Root, y terminado por Burnham y Atwood, realizándose por fases. Primeramente se construyeron la planta sótano, baja y primera en 1890, manteniendo las plantas segunda, tercera y cuarta todavía en uso. Para la cimentación Root escoge el sistema Chicago Caisson, pilotes de cemento que bajaban a gran profundidad y que fueron característicos de la ciudad de la ciudad hasta mediados del siglo XX. Posteriormente, en una segunda fase, el edificio se elevó diez plantas más y se dotó de una batería de cuatro ascensores hidráulicos.

Al fallecer John Wellborn Root, Burnham contrató los servicios del arquitecto Charles B. Atwood para la segunda fase del proyecto. La fachada planteada por Atwood presenta una gran ligereza con grandes superficies acristaladas que presagian el dominio del vidrio en el cerramiento de los futuros rascacielos. Para las partes macizas del cerramiento, Atwood empleó terracota blanca vitrificada, lo que refuerza la sensación de liviandad. La decoración de las piezas de terracota otorgan al conjunto de gran sofisticación. Las ventanas mirador favorecen el juego de luces y sombras en la fachada, a lo que se unen los efectos lumínicos de la superficie vetrada, dotando al edificio de gran dinamismo.

En la distribución interior primó la funcionalidad y todas las oficinas contaban con electricidad, teléfono y luz solar directa, la cual era mayormente aprovechada gracias a las ventanas mirador. Su construcción terminó en 1895 y recientemente se reformó para alojar un hotel que ha sabido mantener intacto el espíritu del edificio.

Pese a la ausencia de Root, Burnham continuó dirigiendo una empresa prolífica, trabajando en solitario o colaborando con otros arquitectos. Ejemplos como el Fisher Building, el Heyworth Building o el Gogo Building, cuya construcción se completó cuando el arquitecto ya había fallecido, contribuyeron notablemente a dar forma a una nueva, moderna y dinámica Chicago.