Damos un paso más en el análisis de la edificación en altura de la ciudad de Chicago a finales del siglo XIX y principios del XX, como resultado del proceso reconstructivo de la urbe tras el incendio de 1871. En este caso, nos centraremos en otra pareja de arquitectos, Holabird y Roche, cuya aportación fue fundamental para el modelaje de la “Ciudad de los Vientos” que conocemos hoy en día. Lamentablemente, no todas sus creaciones pudieron evitar la demolición, con la consecuente pérdida de ejemplos fundamentales de la denominada Escuela de Chicago.
Durante este artículo, vamos a dar un paseo por… esta magnífica ciudad norteamericana, visitando las edificaciones más relevantes que esta pareja de arquitectos aportó a la historia de la arquitectura.
HOLABIRD Y ROCHE
En 1881, William Holabird y Martin Roche fundaron la empresa en la que iban a trabajar conjuntamente a lo largo de toda su carrera. Los jóvenes arquitectos se habían conocido en el estudio de Le Baron Jenney, donde pudieron experimentar de primera mano la construcción de las primeras edificaciones en altura de Chicago.
Esta estable pareja de arquitectos generaron algunos de los ejemplos más destacados de la Escuela de Chicago y sirvieron de eslabón a la siguiente generación de arquitectos. Tanto es así, que tras el fallecimiento de ambos, el hijo de William Holabird cogió las riendas del estudio, asociándose con el hijo de John Welborn Root, figura también fundamental de la denominada escuela. A continuación, analizaremos algunas de sus obras más destacadas.
TACOMA BUILDING
El edificio construido en 1889 contaba con 13 plantas y presentaba una estructura tripartita adornada con cornisas y frisos con motivos florales contemporáneos. En su diseño se implementaron algunas innovaciones como el abandono de la estructura de fábrica en los cerramientos en favor de la estructura metálica y el empleo de la bow-window, que tanto éxito tendrían en próximas construcciones. Los jóvenes arquitectos utilizaron las técnicas constructivas más modernas, resolviendo la cimentación mediante el sistema de losa flotante, y realizando un proceso constructivo totalmente innovador que obligó a disponer de agentes de policía para controlar la muchedumbre que acudía a ver la evolución de los trabajos.

La planta baja se destinó a comercio, disponiendo de generosos escaparates a la calle. Este fue uno de los aspectos más innovadores del proyecto, ya que los marcos de hierro permitieron integrar ventanales de vidrio plano de grandes dimensiones, logrando la máxima transparencia y haciendo desaparecer la solidez y pesadez de los tradicionales muros de fábrica. No obstante, la orientación sur y oeste de las fachadas hizo necesaria la instalación de toldos para controlar el impacto solar.
La planta primera, la cual presenta un mayor valor inmobiliario y por ello una altura mayor, repite las mismas soluciones que la planta baja, presentando amplios ventanales planos. Sin embargo, la sensación de ligereza y permeabilidad no es tan evidente en el resto de plantas del cuerpo, donde tanto los pilares como los parteluces se recubren de terracota, asemejándose a una fachada tradicional de fábrica con grandes ventanales. Para la construcción de los balcones se emplearon railes de ferrocarril, los cuales generaban un marco que se recubría igualmente de terracota.

La planta decimotercera corona el edificio a modo de ático mediante una logia abierta que sigue el ritmo de huecos de las plantas precedentes, y se remata con una cornisa de terracota. La ausencia de vidrio en este nivel genera un efecto de claroscuro que potencia la sensación de remate del piso. Las diferentes plantas se unían mediante una batería de cuatro ascensores.
En 1929 el edificio es demolido, pese a que una rigurosa inspección técnica constató el buen estado de conservación de sus pilares de hierro fundido, vigas de acero y uniones atornilladas y remachadas. El problema del edificio radicaba en su obsolescencia con respecto a comodidades y servicios, lo que hacía que su uso no fuera rentable económicamente.
GAGE GROUP BUILDINGS
Entre 1890 y 1899 Holabird y Roche construyeron tres edificios colindantes. La altura de estos edificios fue más modesta, contando con seis, siete y ocho plantas respectivamente, para generar una fachada escalonada. Sin embargo, el lenguaje arquitectónico empleado en su construcción fue el mismo que el empleado para la arquitectura en altura de la Escuela de Chicago.

El arquitecto Louis Sullivan colaboró con Holabird y Roche en el diseño de la fachada del edificio más alto, dejando su clara impronta. La decoración y expresividad de esta fachada contrasta con la sencillez de las otras dos y anticipan la arquitectura desarrollada posteriormente por la firma Alder y Sullivan. A su vez, el contraste cromático entre los acabados de las fachadas colabora en distinguir el volumen de Sullivan del resto del grupo, lo que se potenció más aún con la temprana adición de cuatro plantas. Lamentablemente, este aumento de plantas y la pérdida de las cornisas ha desvirtuado el juego escalonado que presentaba la fachada a comienzos de su construcción.

MONADNOCK BUILDING
El éxito obtenido con la construcción del ala norte del Monadnock Building, impulsó la construcción de su ala sur, encomendando el proyecto a la pareja de arquitectos que nos ocupa. Holabird y Roche se adecúan al edificio existente y mantienen el ritmo de huecos y miradores. Pese a que la decoración es bastante exigua, la pareja de arquitectos no consigue emular el efecto de piel creado por Burnham y Root, presentando un carácter más rígido con aspecto de fortaleza.

MARQUETTE BUILDING
El Marquette Building construido en 1895 es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura desarrollada por la Escuela de Chicago. La construcción se dedicó a Jacques Marquette, padre jesuíta que ostenta el título de ser el primer colono europeo que exploró la región de Chicago. El edificio pronto se convirtió en el principal lugar comercial de la ciudad, pretendiendo incluso rivalizar con los grandes bulevares europeos.

La construcción de16 plantas presenta la típica estructura tripartita de la Escuela de Chicago. Así, el basamento se conforma de las dos primeras plantas, las cuales son de mayor altura. Sobre el basamento se sitúa el cuerpo central, compuesto de doce plantas con una marcada verticalidad. Como remate se dispone el ático, compuesto de las dos plantas restantes, en donde la decoración adquiere un papel fundamental para contrarrestar el carácter vertical del cuerpo y distinguir la cornisa.
La garantía de luz y aire de calidad en el interior de las oficinas era una condición de partida impuesta por el promotor. Holabird y Roche adoptaron una serie de soluciones que permitieron generar un edificio más eficiente, beneficiándose de un importante ahorro en luz y gas. Los arquitectos inventaron la denominada “ventana Chicago”, compuesta por un gran ventanal fijo flanqueado por dos ventanas más estrechas de apertura en guillotina. Ello permitía captar la máxima luz al interior y generar una óptima ventilación natural creando diversos flujos de aire. Además, el patio central se revistió con piezas de ladrillo esmaltado blanco que conseguían reflectar la luz hacia las oficinas, y los ascensores dispusieron de amplios ventanales que permitían introducir la luz del patio en el interior del edificio.

La estructura se realizó mediante un esqueleto de acero que apoya sobre una losa de hormigón flotante reforzada con cuatro capas de vigas transversales. Pero el Marquette Building no destacó únicamente por su innovadora estructura, sino también por la decoración, destacando con brillo propio el vestíbulo a doble altura de planta baja y primera, donde el mármol de Carrara, los mosaicos y los bronces ennoblecen un edificio que sacrificó superficie de comercio en favor de una entrada majestuosa.

Una batería de 11 ascensores se ubican alrededor del octógono que conforma la doble altura del vestíbulo del edificio, una rotonda que recibe al visitante envuelta en lujo decorativo. Bellos paneles de mosaico de vidrio, nácar y piedras preciosas, diseñados por el estudio de Louis Comfort Tiffany, recubren los petos de planta primera, en los que se representa una serie de escenas del viaje del padre Marquette por la región de los Grandes Lagos.

Sobre la puerta de cada ascensor del vestíbulo principal existe además una serie de bellos bronces que retratan a exploradores y nativos americanos relacionados con el descubrimiento del gran noroeste y el valle del Mississippi. Amy Aldis Bradley esculpió el busto de Marquette y Jolliet, mientras que Edward Kemeys dio forma al resto. El mismo recurso fue empleado sobre las puertas del acceso al edificio, donde cuatro paneles en bajorrelieve diseñados por Herman A. MacNeil reciben al visitante con escenas de la vida del padre Marquette en Illinois.


Con el tiempo el edificio se fue deteriorando y desconfigurando a consecuencia de diversas reformas y actuaciones. En 1950 se elimina la bella cornisa de terracota para añadir una nueva planta. Durante la década de los años setenta se comenzó a debatir la posibilidad de demoler el edificio, creándose un comité de ciudadanos para salvar el edificio. A finales de los setenta el Marquette Building fue comprado por John D. MacArthur, quien comenzó inmediatamente su restauración. Los trabajos fueron ampliados en 2001 por la fundación MacArthur, durando las obras cuatro años. La cornisa volvió a instalarse, la terracota se limpió, se restituyeron las piezas perdidas y todas las ventanas retornaron al diseño original. Gracias a la iniciativa de promotores como MacArthur hoy en día podemos disfrutar de la visita de edificios tan singulares como el Marquette Building.
CABLE BUILDING
En 1899 la pareja de arquitectos construyó el Cable Building, edificio de 10 plantas, para la empresa Cable Piano, cuyas instalaciones habían sufrido un incendio recientemente. Por ello, el promotor puso especial hincapié en la realización de un edificio ignífugo que evitara la anterior tragedia. Bajo esta premisa, Holabird y Roche diseñaron un esqueleto metálico revestido de terracota. Además, debido a la proximidad del metro elevado, los arquitectos vieron la necesidad de proteger la edificación del ruido externo, para lo que aislaron acústicamente los despachos de las últimas cinco plantas.

En el alzado del edificio se adivina la búsqueda de ligereza de la arquitectura de Holabird y Roche, donde los pilares revestidos de terracota, sobre todo aquellos de las esquinas, se muestran más esbeltos y la cornisa se muestra menos pesada. Los vanos se componen de grupos de tres o cuatro ventanas de guillotina con esbeltos parteluces intermedios.
El edificio fue derribado entre 1960 y 1961, coincidiendo con una fuerte oleada de demoliciones que afectaron a relevantes ejemplos de la Escuela de Chicago. Por ello, la sociedad reaccionó consiguiendo salvar otros ejemplos destinados al mismo fatídico final. Chicago tomó conciencia del valor de su patrimonio arquitectónico, tomando medidas para su protección.
REPUBLIC BUILDING
Holabird y Roche continuaron contribuyendo a embellecer la ciudad de Chicago con la construcción de edificios en altura como el Republic Building, terminado en 1905 con doce plantas sobre rasante a las que se añadieron otras siete en 1909 presentado la clásica estructura tripartita.

El empaque comercial aportado al edificio fue muy importante, de tal forma que se generaron varias plantas destinadas al comercio minorista en los que un corredor central con escaparates permitía ver la mercancía a la vez que las tiendas se iluminaban adecuadamente por los grandes huecos de la fachada. Este enfoque fue muy progresista para el momento y les reportó un gran éxito, ocupando tempranamente los locales ofertados. Las planta baja contaba con un corredor comercial con salida a dos calles diferentes y su decoración estaba muy cuidada, al igual que en la planta primera. A su vez, se instaló en la planta sótano un restaurante que acogía a un gran número de comensales diariamente. Los aseos comunitarios se ubicaron en las plantas 11,12 y 19.

La cimentación se realizó mediante cajones Chicago y la estructura se realizó enteramente con pilares y vigas de acero revestidos de terracota porosa para proteger estos elementos de la acción del fuego. Para la fachada se empleó terracota vidriada blanca y las ventanas tipo Chicago creadas por los arquitectos. En el interior, los suelos de los comercios y las oficinas eran de madera, mientras que los pasos comunes se pavimentaron con mármol. Los techos eran de yeso pintado y los tabiques de madera de caoba y vidrio.

En 1961 el edificio fue demolido por sus nuevos propietarios, contratándose los servicios del fotógrafo Richard Nickel para documentar el estado del edificio y el proceso de demolición del mismo. Así mismo, se rescataron diversas piezas decorativas representativas del edificio, pero por desgracia, posteriormente se enviaron al vertedero municipal la mayor parte de estas piezas, conservándose solamente algunas en museos y colecciones privadas.
OLIVER BUILDING
En 1907, Holabird y Roche construyeron el Oliver Building para la empresa de máquinas de escribir del mismo nombre. La fachada se muestra ampliamente horadada con ventanas tipo Chicago, y presenta una bella bicromía con el rojizo de la fábrica de ladrillo y el verde del hierro forjado que sirve de marco a los vanos. Los elementos de hierro se encuentran ricamente decorados con diversos motivos, entre los que destaca el logotipo de la empresa.

Posteriormente, en 1920, los mismos arquitectos fueron contratados para la adición de dos nuevas plantas. Holabird y Roche mantuvieron el mismo esquema, trasladando la cornisa decorativa como nuevo remate del edificio.
BROOKS BUILDING
El Brooks Building es uno de los edificios que consiguió esquivar la demolición y llegar íntegro a nuestros días. Esta construcción destaca por su fino trabajo decorativo en la piedra caliza de las dos primeras plantas y la terracota de las restantes, haciendo un inusual uso de terracota verde en el friso de la cornisa. Los motivos florales y geométricos presentan una clara influencia del trabajo de Louis Sullivan, recordándonos inevitablemente a la decoración del Game Group Buildings.

En la construcción de 1910 se aprecian las características propias de la Escuela de Chicago analizadas en ejemplos anteriores, pero se aportó una novedad que distinguió al Brooks Building: el empleo de tabiques móviles. Estos elementos constructivos permitían sectorizar o unir espacios según las necesidades de los inquilinos de los diferentes locales destinados a comercio minorista y mayorista. Con ello se generó un edificio versátil que parecía adelantarse en el tiempo, desarrollando una arquitectura flexible y adaptable.
Tras esta somera revisión de la arquitectura en altura de Holabird y Roche, podemos comprobar que ésta fue una de las firmas más prolíficas de la Escuela de Chicago, generando algunos de sus ejemplos más sobresalientes, entre los que se incluyen los analizados y muchos otros como el Old Colony Building, el McClurg Building, el Pontiac Building… Holabird y Roche continuaron desarrollando arquitectura en altura evolucionando con los tiempos que vivían. Así, en 1915 la pareja de arquitectos construyó el Century Building. Algo había cambiado, evidenciándose la transición hacia la arquitectura Art Decó. Un fructífero período había terminado en la Ciudad de los Vientos, abriéndose un nuevo camino que nuestros protagonistas recorrieron durante un tiempo más.