En un artículo anterior, vimos cómo Seti I se valió de las artes plásticas para hacer propaganda de su reinado y legitimar su dinastía. Su hijo Ramsés II, cogió el testigo y llevó la arquitectura propagandística a su clímax, generando construcciones colosales que hoy en día siguen sorprendiendo. En este artículo, vamos a dar un paseo por… los principales templos funerarios promovidos por Ramsés II durante su reinado.
RAMSÉS II, EL ÚLTIMO GRAN FARAÓN
Ramsés II hizo honor a la tradición militar de su familia, continuando durante su reinado las campañas bélicas que inició junto a su padre Seti I. El faraón dirigió una estratégica expansión territorial, consolidando fronteras y asegurando las rutas principales. De esta forma, garantizó el comercio, lo que fomentó el crecimiento económico del país y facilitó el transporte de material para las diversas obras patrocinadas por el faraón. A la vez, la expansión territorial propició el aumento de la mano de obra disponible para el amplio programa constructivo desplegado durante su reinado. La longevidad del faraón, el cual vivió más de 90 años, motivó la multiplicación de construcciones en su honor, haciendo propaganda de su poder absoluto y preponderancia militar.

El TEMPLO FUNERARIO DE ABYDOS Y EL RAMESSEUM
Ramsés II continuó a labor constructiva de su padre en Abydos, completando su templo funerario y el Osireion. Tras ello, se dispuso a levantar un pequeño templo funerario en honor a los dioses y a su propia persona, realizado en caliza y que sigue el esquema tradicional axial de templo. Al igual que su padre, reproduce la atípica disposición de doble sala hipóstila que antecede a la zona más sagrada.

A su vez, el faraón construyó también en piedra caliza su Casa del millón de años en la orilla occidental de Tebas, al igual que sus predecesores. Este templo sigue el esquema clásico de pilonos, patios, sala hipóstila y sanctasanctórum. Adosado al primer patio se encontraba el palacio para las ceremonias rituales en vida del faraón, siguiendo el modelo propuesto por su padre Seti I. El complejo funerario de dimensiones colosales alojaba además, un templo dedicado a su madre Tuya, así como numerosos almacenes, establos, graneros y espacios auxiliares tales como una escuela, talleres y espacios administrativos. La estructura de los almacenes compuesta de muros y bóvedas de ladrillo puede ser admirada hoy en día.

Lamentablemente, la conservación del templo no es buena, a consecuencia de los daños sufridos por la humedad procedente del Nilo y por haber sido empleada como cantera de los ptolomeos. Sin embargo, todavía podemos admirar las columnas papiriformes con algún resto de la rica policromía que las recubría. Esta sala hipóstila se iluminaba a través de pequeños vanos y tenía el techo pintado de estrellas doradas en un fondo azul simbolizando la bóveda celeste.

LA ARQUITECTURA FUNERARIA DE NUBIA
El territorio nubio, recientemente conquistado por el faraón para su reino, iba a ser salpicado por una serie de construcciones en su honor que permitían mostrar a los recién conquistados la grandeza de su nuevo Señor y el poderío de Egipto. En este territorio iba a proliferar el speo, tipología funeraria que combina la función de hipogeo y de templo. El antecedente más directo de esta tipología son los templos funerarios reales de Deir el Bahari y algunas tumbas civiles de la XII dinastía del Imperio Medio como las erigidas en Quau el-Kebir. Este tipo de tumbas eran en realidad hemispeos, ya que la parte excavada era una mínima parte de la totalidad de la construcción. Sin embargo, el speo muestra al exterior únicamente una fachada labrada en la propia roca, desarrollándose prácticamente todo el programa al interior. El ejemplo más representativo de speo es el templo de Abu Simbel, que el faraón Ramsés II hizo construir cerca de la segunda catarata, aunque no fue el único.

Estos templos nubios vanagloriaban la figura del faraón en los límites de sus posesiones, mostrando a los extranjeros la fuerza contra la que se tendrían que enfrentar si entraban en conflicto con Egipto. Sin embargo, en ocasiones el furor constructivo se topó con la carencia de artesanos especializados y materiales de calidad, lo que provocó algunas facturas toscas que se alejan de la finura artística manifestada en tiempos de Seti I. A continuación, analizaremos someramente los templos nubios de este gran faraón.
SPEO DE BEIT EL-WALLI
El primer templo funerario erigido en territorio nubio es el de Beit el- Walli, una estructura de modestas dimensiones que sigue el esquema de las tumbas hipogeas con planta de T invertida de la XVIII Dinastía. Así, un pilono da acceso a un patio desde el que se accede al interior, donde una sala transversal antecede al sanctasanctorum que se remata con un nicho en su cabecera.

SPEO DE GERF HUSSEIN
El virrey de Nubia mandó erigir en honor a Ramsés II el templo de Gerf Hussein cerca de la primera catarata. Una avenida de esfinges encaminaba a un pilono que daba acceso a un gran patio porticado parcialmente excavado en la roca. El interior ya preludia la organización en planta del gran templo de Abu Simbel, presentando una sala con estatuas colosales. Tras esta sala se ubicaba la sala de la mesa de ofrendas y al fondo el santuario con cuatro estatuas talladas en la roca representando a Ptah, Ramsés II, Ptah-Tatenen y Hathor.

Con la construcción de la presa de Asuán, el templo fue parcialmente trasladado, restando el interior del mismo sumergido bajo las aguas. No obstante, gracias a la ilustraciones de la época nos podemos hacer una idea del aspecto interior del templo que se asemeja mucho al magnífico Abu Simbel.

SPEO DE AKSHA
Otro de los templos erigidos por Ramsés en Nubia es del Aksha, cuyos escasos restos se conservan en diversos museos. Al igual que otros templos nubios, quedó cubierto por las aguas con la construcción de la presa de Asuán.
HEMISPEO DE WADI ES-SEBOUA
Mucho mejor conservado se encuentra el templo de Wadi Es-Seboua, ubicado al sur de Asuán. Fue el tercer speo que Ramsés II construyó en Nubia, y tuvo que ser trasladado con la creación de la presa, al igual que otras construcciones cercanas.

El templo consta de tres pilonos, de los que solamente sigue en pie uno, y tres patios exteriores. En los dos primeros patios, una avenida de esfinges marca el camino hacia una escalinata que conduce al tercer pilono. Tras este pilono, un patio porticado con pilares osaríacos de tosca factura antecede a la sala hipóstila del tempo compuesta de doce pilares. Esta sala da acceso a su vez a la antecámara, y en el eje axial del templo se ubica el sanctasanctorum con el nicho para las estatuas al fondo.

SPEO DE DERR
También al sur de la catarata Ramsés II hizo construir el speo de Derr, cuyo programa se desarrolla totalmente excavado en la roca, restando al exterior únicamente una austera fachada conformada por un sencillo pórtico. Anormalmente, se construyó en la costa oriental del Nilo, siendo el único de los templos nubios de Ramsés en ubicarse en esta orilla, y al igual que sus compañeros debió de ser trasladado con la construcción de la presa.
Es bastante probable, según algunos investigadores, que el sencillo pórtico estuviera precedido por un patio con pilono. Al interior, el espacio se divide en dos grandes salas hipóstilas que siguen un eje axial y que se rematan por un santuario triple en el que se alojan los nichos para las estatuas de los dioses Amón-Ra, Ra-Horajtis y Ptah, así como la estatua del propio faraón.

SPEOS DE ABU SIMBEL
La magnificencia de estos cinco templos iba a quedar deslucida con la construcción, que se prolongó durante veinte años, de los speos de Abu Simbel. El despliegue propagandístico de la figura del faraón como líder militar y espiritual exhibido en estas construcciones no tuvo parangón. Así, una fachada colosal presenta cuatro estatuas sedentes de Ramsés II de 20 metros de altura, cual guardianes de Egipto en los límites del territorio.
El conjunto está conformado por dos templos, el mayor dedicado a Ramsés II, Path, Amón y Ra, y el menor dedicado a la diosa Hathor y a su primera esposa Nefertari. El templo mayor posee una gran fachada en forma de pilono con las cuatro estatuas sedentes del faraón en plenitud de belleza y vigor mientras porta la doble corona del Alto y Bajo Egipto. A los pies de estos colosos se representan de pie y en una escala mucho menor a siete de sus hijos, a la reina Nefertari y a la reina Tuya. En el centro de esta monumental fachada, enmarcando su simetría, se sitúa el acceso al interior y sobre la puerta, un nicho con la cabeza de Ra en forma de halcón protege el acceso. La cornisa que remata la fachada presenta esculpidos varios mandriles, cuyos gritos simbolizan el saludo al sol de la mañana.

El templo sigue el esquema clásico de consecución de estancias según un eje axial. Además, existe una evidente reducción de los espacios en altura según el visitante se va acercando a lo sagrado, simbolizando el viaje del faraón hacia la ultratumba. Así, una sala hipóstila con ocho pilares osaríacos colosales con el rostro del faraón, flanquean el paso central que conduce hacia una segunda sala hipóstila. A esta primera sala se abren una serie de salas destinadas al almacenaje. La segunda sala hipóstila es de dimensiones más reducidas y de menor altura y da acceso al santuario tripartito. El santuario central se remató con las estatuas de los dioses y del propio faraón talladas en la roca.

Pese a la ligera tosquedad de factura que presentan algunos de los elementos compositivos de este templo, los conocimientos astronómicos empleados para su implantación son extremadamente refinados. El templo se ubicó de tal forma que cada 21 de Febrero, el cumpleaños del faraón, y cada 21 de Octubre, la coronación del faraón, los rayos solares penetraran hasta el fondo del sanctasantorum iluminando sus estatuas. Únicamente la figura de Path, dios de la oscuridad quedaba en penumbra, mientras el resto de dioses y el propio faraón recargaban su energía divina gracias a los rayos solares.

El templo menor se ubica al norte y presenta una fachada que aún siendo más modesta es claramente colosal. Cuatro estatuas de 10 metros de altura de Ramsés II y dos de Nefertari divinizada como Hator, en gesto de caminar, decoran la fachada del templo. Las estatuas quedan insertadas en nichos y la puerta se ubica en el centro de la composición. El no cumplimiento de la jerarquización de los tamaños entre la figura del rey y la reina pone de relevancia el aprecio y respeto que el faraón sentía por su primera esposa, sin remarcar la supremacía masculina característica del arte egipcio.

Tras atravesar la puerta se accede a una primera sala hipóstila que cuenta con seis pilares con columnas hatóricas adosadas que flanquean el eje axial de la construcción. Tras esta sala un vestíbulo da acceso a dos capillas laterales y al santuario en la cabecera del eje.

Con el paso del tiempo, el templo se fue cubriendo de arena poco a poco, hasta que a finales del siglo XIX fue hallado y desenterrado. Un siglo más tarde, la construcción de la presa de Asuán obligó a reubicar el templo librándolo de ser sepultado, en esta ocasión por las aguas. Para ello, un equipo de ingenieros suecos propusieron cortar la construcción en grandes bloques que eran trasladados mediante grúas y almacenados hasta volver a ser montados en su nueva ubicación. La fragilidad de la piedra arenisca, obligó a inyectar ciertas sustancias químicas que fortalecieran los bloques frente al corte.
El traslado se realizó a la vez que se construía la presa, cuya velocidad constructiva era mayor y amenazaba con engullir el templo bajo las aguas. Por ello se construyó un dique de protección que permitía realizar todas las operaciones de corte e izado trabajando durante día y noche con diversos equipos que se turnaban.

Por último, señalaremos que pese a los conocimientos astronómicos con que contamos hoy en día, los ingenieros no lograron dar con una nueva ubicación que permitiera generar el efecto solar en el sanctasantorum durante los días 21 de Febrero y 21 de Octubre, debiendo de conformarse con la reproducción del fenómeno un día antes. Pese a ello, el excepcional monumento pudo librarse de quedar engullido por las aguas y gracias a ello puede ser visitado y admirado hoy en día.