Durante este artículo daremos un paseo por… la icónica villa Savoye construida entre 1929 y 1931 por Le Corbusier y Pierre Janneret en Poissy, Francia. Los suizos plasmaron en esta vivienda toda la teoría arquitectónica que habían desarrollado hasta la fecha, la cual permitía generar espacios novedosos y libres con una nueva concepción habitacional.
Le Corbusier, considerado unánimemente como uno de los arquitectos fundamentales en el desarrollo arquitectónico del siglo XX, junto con su primo, proyectó una verdadera máquina de habitar burguesa que reinventa el palacio renacentista, transformando la armonía clásica en rigor moderno.

LA TEORÍA PREVIA AL DISEÑO
La vivienda unifamiliar aislada proyectada por Le Corbusier y Jeanneret a finales de la década de los veinte, fue el resultado de la combinación de sus convicciones respecto a lo que debía ser y representar la arquitectura de su tiempo.
La búsqueda de las formas primarias del purismo, el maquinismo, el empleo de hormigón armado en la estructura y el establecimiento de los cinco puntos para una arquitectura nueva, fueron factores esenciales en la creación de esta emblemática obra arquitectónica.
PURISMO
El diseño conceptual de la Villa Saboye habría sido imposible sin el poso purista de Le Corbusier. El suizo junto con el pintor Amedée Ozenfant promovió este movimiento a través de la revista L´ Espirit Nouveau, estableciendo un manifiesto en búsqueda de lo nuevo.

Ya como pintor Le Corbusier criticó la evolución que había experimentado el cubismo y abogó por el establecimiento de las formas primarias como la base de la composición, disciplinadas por el dominio constante de la vertical y la horizontal. Estos conceptos fueron llevados a la pintura, a la arquitectura y al diseño de mobiliario, y se pueden leer claramente en las plantas, alzados y secciones de la Villa Savoye, donde la armonía y precisión de las formas primarias es patente, destacando la potencia del volumen prismático sobre pilotis.
Los cubos, los conos, las esferas, los cilindros y las pirámides son las grandes formas primarias que la luz revela bien, por lo tanto su correcto empleo generaba a su entender una magnífica arquitectura. Estas formas para Le Corbusier son claras y tangibles y evitan la ambigüedad, por lo que son las formas más bellas.
Pero este purismo, más allá de alejarle de los modelos arquitectónicos antiguos, no hacía sino que acercarle conceptualmente, generando un clasicismo moderno reinventado en nuevas formas. La síntesis, el rigor y la búsqueda de la geometría básica de la villa francesa son características compartidas con la villa Rotonda de Andrea Palladio, si bien sus soluciones son completamente diferentes.
MÁQUINA DE HABITAR
Sin embargo, pese a su acercamiento al rigor y armonía clásicos, Le Corbusier criticó intensamente la “vivienda antigua” al considerar que no explotaba convenientemente los espacios. En su lugar, abogaba por construir “máquinas de habitar”, una arquitectura maquinista de elementos fabricados en serie con las posibilidades que entonces aportaba la técnica.
Las connotaciones maquinistas están a menudo presentes en su obra, incluyendo la villa que nos ocupa. Así, vemos que el volumen que aloja la escalera en planta segunda se asemeja a la chimenea de un barco de vapor.
Igualmente, la morfología de la planta baja con su amplia curva acristalada, responde a la necesidad de incorporar un radio de giro adecuado para el acceso de los vehículos al garaje. Esto demuestra la importancia que los arquitectos otorgaron a la incorporación de la máquina a la vivienda.

EMPLEO DEL HORMIGÓN ARMADO
Le Corbusier y Pierre Jeanneret usaron profusamente el hormigón en sus construcciones, estando absolutamente convencidos de la capacidad técnica y artística que aportaba el material. Los años en los que Le Corbusier trabajó en el estudio de August Perret a comienzos del siglo XX, le sirvieron para formarse en la técnica del hormigón armado y le convencieron de que éste era el material del futuro.
En 1915, junto con el ingeniero suizo Max du Bois, reinterpretó el sistema Hennebique de hormigón armado. Dicho sistema lo aplicó a la Maison Dom-Ino, generando un esqueleto de hormigón armado que permitía diseñar plantas libres. Dicho esquema lo empleó en todas sus estructuras hasta bien entrados los años 30, incluyendo la villa Savoye.

CINCO PUNTOS DE LA ARQUITECTURA
En 1926, Le Corbusier y Pierre Janneret enunciaron los cinco puntos de una arquitectura nueva, que aplicaron íntegramente en el diseño de la villa Savoye. Estos cinco puntos eran un sistema de órdenes que se podían combinar libremente y que daban respuesta a cualquier tipología arquitectónica.
El primer punto es la utilización de pilotis, soportes cilíndricos de hormigón armado que sustituyen a las columnas y permiten separar el edificio del terreno.
La elevación del programa principal de la vivienda en un prisma flotante permite además, vincular estos espacios a la naturaleza circundante y mejorar su iluminación natural.

El segundo es el empleo de cubiertas planas ajardinadas, lo que permite recuperar el espacio perdido en el volumen ocupado. Las cubiertas de la planta primera y segunda de la vivienda se convierten en terrazas con parterres de vegetación que permiten su disfrute.
El tercer punto es el empleo de la planta libre, separando los pilares portantes de los muros y tabiques que dividen el espacio. Este punto permite una libertad total y absoluta del diseño del espacio interior.
Como cuarto punto se establece el empleo de ventanas corridas longitudinales que pueden recorrer toda la fachada aportando iluminación a cualquier punto del interior.
El quinto y último punto es el empleo de la fachada libre, pudiendo abrir huecos sin las limitaciones de los muros de carga.
ANÁLISIS ARQUITECTÓNICO
Vistos de forma somera los aspectos teóricos que supusieron los cimientos del diseño de la Villa Savoye, realizaremos ahora un recorrido de la construcción analizando sus aspectos fundamentales.
PLANTA BAJA
La planta baja del edificio acoge el programa destinado a la recepción del hogar y el alojamiento del servicio. De esta forma, el acceso a la vivienda se realiza por el volumen acristalado, accediendo a un gran espacio distribuidor en el que destacan las comunicaciones verticales de la vivienda, la escalera y la rampa, elemento fundamental en la composición de la vivienda.


El garaje para los vehículos se ubica a la derecha del acceso peatonal, de tal forma que se beneficia de la curvatura del cerramiento para su acceso, tal como se ha comentado con anterioridad. Los cerramientos de esta planta que no son acristalados se pintan de verde con la intencionalidad de fusionarlos con la naturaleza circundante.

PLANTA PRIMERA
En la planta primera se desarrolla el programa de la vivienda propiamente dicha, dormitorios, aseos, cocina y salón. De esta forma, la zona noble queda elevada del suelo mediante los pilotis, y distribuye la planta libremente, sin depender de la situación de los pilares.

La cubierta de la planta baja genera un gran espacio patio-terraza que se ajardinada mediante parterres y que se comunica visualmente con el gran salón de la casa gracias a en gran ventanal.


El salón comunica, a través de un espacio transitorio a modo de almacén o gran alacena, con la cocina, que ocupa una de las esquinas del edificio. Esta cocina cuenta con su propia terraza-patio, de modestas dimensiones que queda completamente independizada para darle servicio.

Cada dormitorio cuenta con su propio aseo o baño completo y tienen iluminación y ventilación al exterior a través de las ventanas en cinta corrida del volumen prismático. La cuidada atención de los arquitectos en el diseño de todos los detalles de la vivienda se refleja en el baño del dormitorio principal.


PLANTA SEGUNDA

La planta segunda se destina enteramente a terraza. La rampa tan característica de esta vivienda, cambia su recorrido interior por exterior , comunicando directamente terraza de planta primera con la terraza de planta segunda.


Una serie de muros de tratamiento más orgánico recorren esta terraza generando huecos que enmarcan las vistas al exterior. Estos muros además, recogen el volumen que contiene las escaleras, dando al conjunto el aspecto maquinista del que hemos hablado con anterioridad.
Al igual que en la terraza de planta primera, una serie de parterres ajardinados sirven para acercar la naturaleza al usuario, que a su vez se ve rodeado de ella.

La vivienda pudo ser disfrutada por sus moradores unos pocos años. Posteriormente, durante la Segunda Guerra Mundial fue bombardeada e incendiada quedando en un estado bastante precario. En la década de los años sesenta el gobierno francés procedió a su restauración. Actualmente es una casa-museo declarada Patrimonio de la Humanidad en 2016. De esta forma finalizamos la visita de la villa Savoye, icono emblemático del Movimiento Moderno de la arquitectura del siglo XX y excepcional ejemplo de arquitectura.